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Defendiendo el territorio: Una conversación con Pedro Uc Be

Facilitada por Antonia Alampi

Pedro Uc Be es un poeta maya, traductor, organizador, activista, que vive en la comunidad de Buctzotz, a unos 90 km al noreste de Mérida, la principal ciudad de la región de Yucatán. Esta región está situada en la península que separa el Golfo de México y el Mar Caribe, y es uno de los treinta y dos estados de los Estados Unidos Mexicanos. La biodiversidad de Yucatán es extremadamente variada y abundante, y cuenta con un ecosistema único que abarca diferentes tipos de bosques (manglares, tropicales, subtropicales, estacionales perennes, sabanas, etc.). La conservación de este ecosistema también se debe a la protección del pueblo maya y a sus prácticas y conocimientos muy complejos y holísticos de gestión del territorio en torno al cuidado de la Tierra, factor que les permitió cohabitar el mundo natural durante miles de años, sin destruirlo y mientras atravesaban cambios extremos y desastres naturales.

Conocí a Pedro a principios del 2021, cuando me presentó el trabajo de la Asamblea por la Defensa del Territorio Maya y es su trabajo en el que se centra esta conversación. Particularmente, sus puntos de partida y motivaciones, sus estrategias y formas de organización. La esperanza es que esta historia y las experiencias de las que habla puedan servir de inspiración para situaciones similares pero diferentes, para formas colectivas y comunitarias locales de lucha contra la extracción, la expropiación de tierras o la devastación ecológica.

Es sobre todo una forma de leer, o de escuchar, las palabras de personas que llevan siglos viviendo de forma sostenible y gracias a las cuales se protege la mayor parte de la biodiversidad que queda en el mundo. Comunidades que siguen encontrando formas de defender sus territorios y todas las vidas que hay en ellos a pesar de la colonización, la marginación, la expropiación, los efectos de la agricultura industrial o de los megaproyectos de turismo de masas.

Una breve conversación que puede acercar al lector un poco más a la comprensión de cómo eventualmente unirnos por lo que es una situación en la que somos fundamentalmente codependientes y corresponsables.

AA: ¿Puedes describir brevemente la Asamblea por la Defensa del Territorio Maya?
¿Qué hace y de dónde viene la necesidad de su trabajo?

PU: En la ciudad de Mérida, el 13 de enero del 2018 nos convocamos los que somos mayas campesinos, ejidatarios, colectivos, niños, mujeres y hombres afectados en su tierra y territorio por megaproyectos desarrollistas que ocupan grandes extensiones de tierra para el monocultivo de soja, para la construcción de granjas porcícolas, para la construcción de parques eólicos y fotovoltaicos, para la construcción de grandes hoteles, restaurantes y fraccionamientos y finalmente el tren mal llamado maya. Después de escucharnos y compartir nuestra palabra entre las personas provenientes de veinticinco comunidades mayas de la Península de Yucatán, acordamos organizarnos en una asamblea defensora del territorio maya con el nombre de Múuch’ Xíinbal (caminamos juntos). Se nombró una Comisión de Seguimiento (CS) para materializar los acuerdos tomados. El trabajo de esta comisión gira en torno a por lo menos cinco estrategias que son la mediática o de difusión, la jurídica, la de alianzas con otras organizaciones o colectivos, la de formación política comunitaria y de organización. La Asamblea se reúne por lo menos una vez al año, pero la Comisión de Seguimiento está en permanente contacto con las comunidades participantes con quienes se organiza para llevar a cabo su tarea. Como comunidades afectadas directamente por intereses del poder económico y político vimos la necesidad de reivindicar con todo nuestro esfuerzo los valores de nuestra identidad maya con la consigna de “La tierra no se vende ni se renta”.

A día de hoy, después de nuestros primeros años de caminar juntos, hemos descubierto que nuestro camino organizativo y de lucha es el correcto, lo hemos venido construyendo entre todos, es una faena o fajina como le decimos por estos lugares, algunos de la CS nos ocupamos de recabar, filtrar, editar, sintetizar y traducir a la lengua maya la información en medios nacionales y locales para llevar a las comunidades que tienen estas necesidades, con esta información que ya está limpiada de la propaganda del poder, generamos la reflexión de la comunidad que la recibe y en torno a ella se comienzan a tomar acuerdos. Producimos textos, infografías, vídeos, audios y hasta un podcast cada lunes en maya y en español que le llamamos la “No-Radio Múuch’ Xíinbal”, como material de trabajo informativo, de reflexión y formación en las comunidades. Implementamos un programa de formación política comunitaria con jóvenes de comunidades en lucha por conservar sus tierras y territorios, una vez al mes nos reunimos para desarrollar temas en torno a la identidad, los derechos, la milpa, los ritos etc. para reivindicar y fortalecer nuestra vinculación con nuestro territorio. Buscamos apoyo y acompañamiento jurídico para las comunidades que desean judicializar sus casos de defensa de sus tierras ante las instancias de justicia correspondientes como El tribunal Unitario Agrario, El Poder Judicial de la Federación o la Fiscalía en caso de ser necesario. Para la difusión implementamos una estrategia en redes sociales a través de la publicación de información que producimos desde las comunidades como sus procesos de lucha, sus exigencias, sus pronunciamientos, sus ruedas de prensa, sus infografías etc. Finalmente llevamos a las comunidades literatura maya como son poesía y cuentos o narrativas para fortalecer la lengua, la cultura y la identidad.

AA: Muchas gracias Pedro, es increíble el trabajo que hacen. Por eso quiero centrarme en profundizar en las prácticas para realizar tantos hilos de trabajo. Estoy segura de que, de hecho, sus estrategias son increíblemente inspiradoras para muchos.

En primer lugar, ¿cómo consiguieron reunir a tanta gente en 2018? Lo digo literalmente, ¿cómo reunieron a personas de tantas comunidades distantes? ¿Una llamada en Facebook? ¿Alguien escribió un cartel? ¿Mensajes de WhatsApp que se hicieron virales?

PU: A principios de 1986 trabajé como coordinador de un proyecto de formación teológica no-formal que abarca centros de estudio en toda la Península de Yucatán, más el Estado de Chiapas, este rol me permitió recorrer por primera vez la mayoría de las comunidades mayas para realizar talleres desde la perspectiva de la teología latinoamericana, así mismo me permitió conocer a muchas personas y conocer a muchos campesinos mayas que trabajan con alegría su tierra desde la identidad maya con mucha fortaleza. El siguiente recorrido Peninsular que realicé acompañado por el compañero Russell Pebá Ocampo, fue para realizar talleres en muchas comunidades y ejidos, la intención era discutir por medio de estos espacios la reforma constitucional al artículo 27 que desde nuestro punto de vista era el marco legal para el inicio del despojo de la tierra a los campesinos mayas y de todo el país, usamos también el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) recién ratificado por el gobierno mexicano. En ese contexto participamos en la Campaña 500 años de resistencia indígena, negra y popular para denunciar la celebración que preparaban los países invasores y colonialistas, corría para ese entonces el año de 1992. Dos años después hace su aparición pública el Ejército Zapatista de liberación Nacional (EZLN) para reivindicar los derechos de los pueblos indígenas del país y nos sumamos a sus demandas como pueblo maya. A partir de esa experiencia nunca hemos dejado de recorrer las comunidades para escucharlas, conversar con ellas, leer con ellas, celebrar con ellas y llorar con ellas. Algunas organizaciones de la sociedad civil, en algunas ocasiones nos invitaban para facilitar talleres de derechos humanos y derechos indígenas en particular y de nuevo visitamos las comunidades, es decir nuestro contacto con el territorio maya ha sido permanente desde finales de los años ochenta del siglo pasado. Fundamos en la Península de Yucatán un caminar que le llamamos teología india que tuvo su origen en San Cristóbal de las Casas Chiapas, por más de 20 años este espacio ha servido para fortalecer la identidad de nuestras comunidades en el sureste del País. Pero la experiencia se hizo visible con la llegada del internet y las redes sociales, entre tantos conversatorios con comunidades, hubo uno en particular en el que contamos cómo estábamos apoyando a algunas comunidades de Quinta Roo a defender sus tierras del monocultivo de soja transgénica promovido por Monsanto, entonces el anfitrión hizo una transmisión en vivo en una de las redes sociales, así fue como recibimos muchas solicitudes de comunidades que querían información sobre la defensa de la tierra y el territorio porque estaban siendo despojadas por megaproyectos como son los parques de energía renovable, granjas porcícolas e inmobiliarias entre otras. Fue cuando lanzamos una invitación para reunirnos en la ciudad de Mérida, debido a que ya muchas comunidades nos conocían desde hace muchos años respondieron a nuestra convocatoria y con eso, ellos dieron a luz esa niña que hoy conocemos como Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch’ Xíinbal.

AA: A partir de ahí, ¿cómo toman decisiones colectivas? ¿O son colectivas? ¿O tienen que ser siempre totalmente colectivas? ¿Cuántas personas o comunidades son las que toman decisiones? ¿Hablas de la Comisión de Seguimiento, cómo se formó y con cuanta gente cuenta?

PU: La CS fue nombrada por la Asamblea fundacional, se reúne una vez por semana vía zoom para compartir sus actividades, para discutir situaciones y para acordar nuevas actividades, está conformada por al menos diez personas de diferentes comunidades de la Península, en caso de urgencia para atender una comunidad o tomar una decisión difícil se hacen enlaces por teléfono o vía grupo de WhatsApp, es el espacio donde se toman las decisiones, donde se discute y se acuerda.

AA: ¿Participan en el movimiento tanto jóvenes como ancianos, y diferentes géneros? ¿Cómo facilitan la participación colectiva entre personas diferentes? ¿Hay metodologías para facilitar diálogos y compartir?

PU: Una de las características de la cultura maya es su talante comunitario, es una cultura nosótrica, no individualista, aunque a día de hoy la colonización ha permeado con su individualismo en muchos espacios, sin embargo, la Asamblea Múuch’ Xíinbal reivindica la comunitariedad en la que se compone no solo de personas sino de animales, pájaros, agua, tierra, viento etc. por eso es de suma importancia para nosotros como movimiento que sea comunitario, donde tienen qué estar los ancianos por su experiencia y conocimiento para aconsejar, los jóvenes para dar fuerza y soñar, los niños para aprender a caminar nuestras veredas y todos y todas de manera comunitaria sin discriminación por discapacidad o por género, simplemente son asumidos como cada uno por igual porque son todos parte de la comunidad como lo es también el viento o los pájaros. La estrategia que no estoy seguro si alcanza a ser una metodología, es llevar la información que recabamos sobre el interés de la comunidad y compartirla para que ellos la discutan entre sí o con nosotros, así mismo leemos poesía maya o historias, que occidente llama cuentos, pero que para nosotros son historias nuestras, de nuestros ancestros; a veces leemos las leyes establecidas por el Estado y comparamos con ellos los criterios de justicia de occidente con lo que nosotros como pueblo maya entendemos y asumimos como justicia.

AA: Tiempo y posibilidades: ¿todo se basa en un trabajo voluntario en la Comisión de Seguimiento? ¿Los apoyan algunas organizaciones? ¿Los miembros hacen pequeñas donaciones? ¿Quizá ni siquiera de dinero, sino de cosas diferentes?

PU: Todos y todas somos voluntarios, toda vez que no somos acompañantes de las comunidades sino somos las comunidades directamente afectadas por los proyectos despojadores de nuestro territorio. Algunas organizaciones nos han apoyado con material didáctico, o equipo de cómputo que es fundamental en nuestro trabajo, en la difusión de nuestro trabajo, pero lo fundamental es el tiempo, el compromiso, la habilidad, el conocimiento y también los diferentes medios con que cada integrante de la CS cuenta para llevar a cabo nuestra tarea con nuestras comunidades, como una bicicleta, una motocicleta, un carro, un teléfono celular, una conexión a internet etc. que cada quien aporta desde sus posibilidades, así como espacios para dormir o comida.

AA: ¿Cuáles son los problemas más complejos del trabajo colectivo y comunitario? ¿Hay consejos?

PU: La estrategia de contrainsurgencia del gobierno y las empresas desarrollistas y despojadoras del territorio son los problemas más difíciles. El gobierno lanza programas asistencialistas en las comunidades para romper la comunitariedad, compra voluntades, corrompe con dinero a los líderes comunitarios, desintegra familias, usa la escuela para desorientar, usa las iglesias, principalmente las denominaciones modernas que hablan de la teología de la prosperidad o gospel de los neopentecostalismos, bombardea con propaganda, aplica programas de cooptación y destrucción de la identidad sembrando el individualismo, y por si fuera poco, los partidos políticos terminan por romper cualquier intento de comunitariedad.

AA: Si tuvieran que decir uno o más apoyos que realmente podrían aprovechar desde fuera del propio grupo, ¿cuáles serían?

PU: Será de mucha ayuda para nosotros que nos conozcan, que entiendan cómo nos organizamos para hacer nuestra lucha, que nos escuchen, y después, que conversemos en lo que podemos compartir con todos y todas las que comparten nuestro corazón de maíz, nosotros creemos en el intercambio, en compartir nuestra palabra, nuestro maíz, nuestra mirada, nuestros sueños; queremos dar, queremos que haya una mesa grande en una casa grande en donde estén todos y todas como en un altar, donde todos los colores de maíz estén representados como una milpa bien lograda, creemos que lo primero es hacer comunidad para que nuestras jícaras tengan sabor a pozole con miel de nuestras hermanas abejas nativas.